Algunos estudios han demostrado que estar expuesto a patrones o modelos de violencia incrementa las conductas agresivas en los niños, existe un experimento muy interesante llamado “El experimento del muñeco Bobo” que es la base de muchos estudios sobre la agresividad, allí organizaron 3 grupos de niños con igual cantidad de hembras y varones, y se midió el comportamiento de cada individuo hacia cierto muñeco que llamaron Bobo y que era una especie de “porfiado”. Al primer grupo se le presento una sala llena de juguetes incluyendo a Bobo y a un adulto que mostraba conductas agresivas –físicas y verbales- hacia Bobo. Al segundo grupo se le introdujo en la misma sala pero el patrón mostrado previamente por el adulto era el de ignorar al muñeco Bobo y no mostrar ningún tipo de conducta agresiva. El tercer grupo de niños que fue el grupo control, fue entrando a la sala sin ser expuestos a ningún tipo de patrón de conducta de un adulto. Los resultaron fueron muy concluyentes en cuanto a la primera hipótesis (se evaluaron cuatro): Los niños expuestos a conductas agresivas tienden a imitarlas.
Hace unas semanas asistimos a una reunión en la casa de una familia amiga, como es de imaginar había más invitados, algunos eran conocidos y otros los veía por primera vez, no quiero juzgar porque no soy quien para hacerlo, pero si comentar lo impresionada que me dejo la conducta de una familia presente, nunca había vivido tan de cerca esta forma de relacionarse y francamente no daba crédito a lo que veía y que parecía algo de lo más normal y cotidiano entre ellos, no quiero que esto se tome como una crítica destructiva, sino como exposición de hechos que evidencia la existencia de diferentes formas de crianza y cada una tiene sus implicaciones.
Las sillas de la reunión estaban organizadas en forma de semi-circulo frente a la mesa principal, pero la familia en cuestión se había organizado haciendo un pequeño círculo dentro del semi-circulo general, dándole la espalda al resto de los asistentes, su interacción se limito solo a los integrantes del circulo y a los dueños de la casa, con los que tenían un grado de consanguinidad, ni una sola sonrisa o mirada, o saludo o palabra a los demás asistentes, eran alrededor de 15 personas, entre adultos, jóvenes y niños. Esa era la parte agresivo-pasiva de su conducta, pero la acción entre ellos fue la que me impresiono al extremo.
Los gritos e insultos tipo: Boba, estúpida, gafo, babieco, ridículo… parecían muletillas en sus frases…
Los golpes circulaban como el aire, y no solo manotazos, había golpes de puño cerrado que parecían una demostración de quien pega más duro, espalda, brazos, y piernas recibían golpes sin distinción de género, incluso la persona que mas golpes impartió y recibió era una chica adolescente.
Cada 2x3 uno se levantaba y el otro le “robaba” la silla o el lugar privilegiado, y cada 2x3 se lanzaban insultos y se empujaban hasta posicionarse en “su lugar” nuevamente. Por supuesto entre golpe y golpe conversaban animadamente y los adultos no parecían registrar las conductas violentas o tener intención de orientar a ningún miembro de su equipo. Parecía que los golpes e insultos eran invisibles o sin importancia.
Una chica de unos 15 años le hablaba a gritos a una bebe -que probablemente no llegaba al año- cuando inesperadamente le dio un mordisco en su bracito a manera de demostración de lo mucho que le gustaba la niña, ésta dio un grito impresionante y quedo privada del llanto, la madre de la niña salto como una tigresa y le halo el cabello a la chica que por poco la tira de su asiento. Cuando los demás preguntaron que le pasaba a la criatura pues todo había sido muy rápido, la madre con enojo explico que la chica le había mordido y otra joven del grupo repitió el increíble tirón de cabello a la chica ofensora, llevando su cabeza a escasos 40 centímetros del piso, con una fuerza y rapidez de luchador profesional. Se limitaron a golpes e insultos, nadie dijo frases de tu conducta es inaceptable, no lo vuelvas hacer, ¿por qué le haces daño a la criatura?, nada de dialogo, ni explicaciones, ni disculpas, acción contundente. Ahora que lo escribo, no hubo ni una sola disculpa durante toda la noche, no parecían ofendidos o molestos por las agresiones, era como si se comunicaran de esta forma. Les juro que yo sentía ganas de llorar por la niña, pensé que yo en el lugar de la madre de la criatura me habría sentido profundamente ofendida, indignada y siendo a mi hijo al que muerden, yo no habría podido controlar el llanto por ver sufrir a mi hijo, pero esta madre lo que denotaba era rabia y al parecer “quedo conforme” con haber causado un dolor “similar” a la agresora. Yo estaba como hipnotizada ante esta diferente forma de sentir y actuar.
En el momento cumbre de la reunión una niña invitada de unos 10 años, saco un pote de espuma para fiestas, yo le tengo pánico a ese tipo de spray porque es altamente inflamable y había velas encendidas, me aleje de inmediato con mi hijo, pero temía por los niños cercanos a las velitas y le pedí a la niña que se alejara de las velas, pero ni ella, ni ningún adulto “registro” mi pedido, igual seguía acercándose a las velas y muy dispuesta a disparar la espuma, de pronto otro niño de la misma edad y miembro de la familia-circulo, le arrebato el pote de espuma, lo que siguió a continuación era como una escenificación de conductas inadecuadas:
El “ganador” del pote de espuma corría por todos lados seguido de la niña dueña del spray que trataba de alcanzarle y recuperar su pertenencia, gritaba: ¡Devuélvemelo es mío! El niño disparaba la espuma con mucha generosidad a diestra y siniestra, a niños y adultos presentes, tenía una gran sonrisa y expresión de satisfacción ante el “poder”. La niña lloriqueaba y ya estaba agotaba de correr por todos lados, le decía: ¡Se va a gastar! ¡Dámelo! ¡Es mio! hizo dos intentos de pedir ayuda a dos adultos distintos que solo sonreían y miraban hacia la mesa principal ignorando por completo la escena que se desarrollaba. Yo que no estoy de acuerdo con la bendita espuma estaba angustiada porque se estaba terminando y la niña no podría usarla ni siquiera en un “ambiente seguro”, y aunque no me gustara la espuma menos me gustaba que el chico por ser más fuerte, más veloz, más… le arrebatara el “juguete”… y nadie hizo nada, sus respectivos padres estaban presentes y no emitieron comentario.
Estas son algunas de las acciones que me inquietaron mucho y me hicieron comprender o más bien inferir el porqué de algunas conductas presentes en el hijo de 10 años de la familia anfitriona y que tiene mucho contacto con la familia-circulo. Más de una vez he estado presente cuando su madre -a instancias de otras mamas- se ve obligada a orientar las conductas de su hijo hacia el respeto a las normas, sobre no gritar, burlarse, respetar turnos, usar juguetes para los cuales ya es muy grande con riesgo a romperlos, empujar, arrebatar, desobedecer, escaparse por horas para ir a jugar en casas de amiguitos sin tener permiso…
Creo que si un niño esta expuesto a patrones de agresividad eso influye directamente en la imitación del niño, y al parecer algunas personas están tan inmersas en un mundo de agresividad constante que no reconocen los patrones de violencia verbal y/o física, quizás pierden el sentido de lo que es una interaccion “normal”, sobre en que consiste el debatir ideas, exponer diferencias, y estoy segura de que puede haber serias consecuencias para el desarrollo de los individuos. Algunos padres piensan que un juego “rudo” y cierta “audacia” o “alevosía” es necesaria para hacer fuertes a sus hijos y les preparara mejor para enfrentarse al mundo “salvaje y cruel” que les rodea, como si fuera una clase de defensa personal, pero puede ser un gran error, exponer a los niños a la “realidad” no significa que deban ser los que más golpes dan, o que si ellos son los que propinan los golpes evitaran ser los que los reciben. La violencia dicen que trae más violencia y ojala pudiera explicar sin ofender a nadie que es muy triste vivir en un mundo de víctimas y victimarios en lugar de un mundo de amigos y compañeros.
Es un hecho, para algunas personas dar un tremendo arrebatón para sacar de una silla a una persona y recibir como respuesta un fuerte puñetazo, no es violencia, sino juegos de niños y jóvenes que son “así”, que “se juegan mucho entre ellos”, no están peleándose ni agrediéndose, es solo que están “echándose broma”. Es un hecho, llega el momento en que dejan de registrar esas conductas como violentas y perjudiciales. Pueden llegar a creer que no tendrá impacto en su desarrollo personal, ni en su futras formas de tratar y ser tratados.
Pero yo no estoy segura de puedan diferenciar cuando estén frente a un individuo abusivo o cuando estén frente a una persona vulnerable. Y no puedo confiar en que sabrán diferenciar con claridad en qué momento terminan sus derechos y comienzan los de las otras personas.
Mas alla de esta reflexión debo recordar que somos los adultos los que debemos orientar a los niños, los que tenemos el deber de defender todos sus derechos y darle educacion, hogar, valores, respeto... ¡Calidad de vida! No se hasta donde estas conductas agresivas son oficialmente maltrato, pero estoy de acuerdo en que todo tipo de maltrato deja una marca permanente.
Más información:
El Experimento Del Muñeco Bobo
Orígenes De La Conducta Agresiva Infantil
La Agresividad Infantil
Como Enfrentarse A Los Niños Agresivos
Indudablemente, es una familia que sufre violencia familiar Betza.
ResponderEliminarLa he padecido en mi casa, el hogar donde mi crié, con la diferencia que los adultos podían pegar, gritarte, decirte palabras muy dolorosas, no permitido para los hijos.
Cuando te conté lo de mi cuñada, en el hogar de ella también se tratan así como describes. Para mi fue un gran alivio que dijeran ya no más juntarnos.
Besitos, te escribo desde el Face :)
Dios mio. Hay menores que son verdaderas fieras. No obstante creo, que la educacion de los progenitores es basica e importantisima.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y besitos a Diego.
Ricard
Oye pareciera que hubieras estado en una especie de teatro viendo gente representar una obra, digo, porque se sentaron frente a los demás, y exhibieron su conducta sin ninguna pena ni nada.....
ResponderEliminarHay gente de todo tipo, eso es indudable. Y los niños aprenden de lo que ven, repiten lo que dicen y hacen los demás, sea adultos o no, por eso a los padres se nos hace tan difícil encauzar a los niños! Yo me preocupe muchísimo cuando Peluche comenzó el año escolar porque comenzaron a venir quejas de q empujaba a otros niños, y yo sabia que mi hijo no mostraba esa conducta en casa, y no la había aprendido en casa.... Pero es que andaba de amiguito de un par de niños que son candela pura, tuve la oportunidad de verlos en vivo y directo hace unos días que estuve en el salón de peluche. Pero igual, no es culpa de esos niños, hay que ver como viven ellos, como los tratan para que ellos saquen a relucir esas conductas en la escuela, contagiando a otros niños. Ya Peluche volvió a la normalidad gracias a Dios, ya no hay quejas.
Lo otro que veo es que los niños puede reaccionar de dos formas: copian la conducta o se vuelven introvertidos. Lo digo porque veo a mi sobrino, creo que su mama no lo ha abrazado este año, me antevería a asegurarlo, todo es obligarlo a comer a hacer tareas, gritarle, insultarle, y cuando hace algo bien, como traer buenas notas o algo, no lo felicita, sino que lo vuelve a regañar, le dice cosas como que si no fuera porque ella lo obligo a estudiar el no habría hecho nada bien..... Y el papa ni se diga, ahí sale correa y todo..... Entonces mi sobrino por tanta represión, se ha reprimido, claro, pero cuando esta sin sus padres: en la escuela, en mi casa, se desquita, no hace caso, no copia clase, en casa con mi hijo lo trataba pésimo y hable con el, le dije que le exigiera respeto a sus padres que no se desquitara con mi hijo porque le esta enseñando ese comportamiento. Intentaba ser dominante, quitarle sus cosas, decidir todo lo que harían, tentarlo para que llorara, bien sea llamandolo perdedor, o dándole empujóncitos mientras estaban sentados uno al lado del otro y cosas así.... Ufff ya me extendí
Solo me queda decirte que pases por mi blog a recoger un premio. Ya conoces el camino.......
Lo peor de la violencia es que te acostumbras a ella y una vez que se integra en lo cotidiano no solo se cronifica sino que se alimenta más y más. Gracias por el post muy interesante
ResponderEliminarRicard esta familia tambien pega a los niños pero tienen la creencia que es su deber para disciplinarlos, le pegan con correa, el niño se ha ido a jugar a casa de sus amigos sin pedir permiso o se ha ido a la cancha deportiva sin permiso y el padre le ha dado correazos, sin mebargo el niño copia la agresividad "con o sin razón" e igual sigue dandose sus escapadas de cuando en cuando :(
ResponderEliminarFaith jamás podre entender a esos padres y madres que no dan muestras de afecto a sus hijos, que solo les llenan de críticas y regaños, que hasta los triunfos se los vuelven amargos… eso igual es maltrato!!!
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