Después de una hora de
trabajo Diego sale de su terapia ocupacional y me muestra con mucho orgullo la calcomanía
que se ha ganado con el sudor de su frente, lo dice en ingles:
Stickers!, Stickers! –grita
y se señala la calcomanía en su pecho- pero
solo yo comprendo su balbuceo. Todos en la sala de espera se sorprenden por
como se expresa, les delata esos segundos de silencio total que casi siempre siguen
después de que Diego “habla”.
El terapista ya está al lado de Diego y comienza
a explicarme las actividades que han realizado, luego de describir actividades
de motricidad fina termina con la frase: Hoy se porto muy bien, ya me acepta!,
antes no quería nada conmigo, se ponía hiperactivo y ahora hasta choca los
cinco.
Yo solo sonrío y miro a
Diego que me devuelve su sonrisa cómplice, ambos sabemos de qué se trata, y nada tiene que ver con hiperactividad…
Hace unas semanas Diego salió
de esta misma terapia y cuando le pregunte cómo le fue, me dijo:
-Cuuuu ujuuum! (Cruz se
porto mal)
-¿Que hizo Diego?
-Diego señala su pie, luego hace señas de pisar muy fuerte y añade con expresión
compungida Ayayayyyyy
¿Te piso?- le pregunto-
-Siiii- dice Diego y le lanza una mirada huraña al terapista que esta
distraído y creo que nunca se dio cuenta, ni de la respuesta del niño ni de
haberle pisado durante la terapia.
Quizás fue algo tan fortuito para el terapista que su mente no lo registro, pensé que solo había sido un ¡Caramba te pise, disculpa! Pero Diego estaba enojado y dijo que no le había pedido disculpas. Yo le explique que no había sido con intención, que él no había querido hacerlo, mas Diego seguía enfurruñado.
Quizás fue algo tan fortuito para el terapista que su mente no lo registro, pensé que solo había sido un ¡Caramba te pise, disculpa! Pero Diego estaba enojado y dijo que no le había pedido disculpas. Yo le explique que no había sido con intención, que él no había querido hacerlo, mas Diego seguía enfurruñado.
Creo que eso influencio en su rechazo hacia el terapista asistente, aunque
solo hace dos meses que inicio esta terapia y como es de esperarse, Diego
necesito tiempo para adaptarse, mas estoy segura que el pisotón no intencionado
ayudo poco. Por eso cuando el terapista dijo:
Ya me acepta! A mi me sonó a: ¡Ya fui perdonado!
jjajajajajj ese Diego se pasa!! jajaja saludos!!
ResponderEliminarAndrea que seria de nuestras vidas si nos rieramos de nosotros mismos y celebraramos cada micro paso de nuestros nenes? un abrazo para ti y para romi!
ResponderEliminarGracias Tamara, me cae muy bien porque partida para compra de libros en mi presupuesto no hay jajajajja besotes!
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