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domingo, 21 de septiembre de 2014

Identidad


Con temor a parecer poco modesta, tengo que decir que he leído mucho sobre el desarrollo infantil, eso me ha ayudado a entender qué hacer y cómo apoyar a mi hijo Diego en la tarea de ir alcanzando hitos de su desarrollo. Y por supuesto me han servido para ir observando, los logros de mi hija menor Sara cada día. 

Nunca busco compararlos, pero si puedo detectar las diferencias, y usarlas en favor de ambos, tanto Diego cómo Sara. Por eso digo que con todo lo que hasta ahora he aprendido igual me llevo mis sorpresas con Sara: 

Sara aprovecha que estamos todos reunidos y comienza a decir:

Tú eres mi mamá.
Tú eres mi papá.
Y tú eres mi hermano.
Sara Isabella Rosales Zurita, única e irrepetible, como todos!
Y yo soy Sala (Sara).
Lo repite varias veces.
En otros momentos comienza a preguntar:
Mamá, ¿Cómo te llamas?
Y yo debo repetir mi nombre completo.
¿Y mi papá?
¿Y Diego?
¿Y mi abuela?
¿Y mi abuela de papá? (Su abuela paterna).
Y yo le digo el nombre completo de todos.

Luego ella termina diciendo:

Y yo soy Sala sabela Dosales yyyy Zuita!!!

Nos abraza, nos da besos y sigue diciendo mi mamá, mi papá, etc.

Eso me hace pensar que es un proceso muy importante, algo vital que siente como una necesidad, supongo que es parte de formar su yo interior, de procesar quien es, y de donde viene.

No es algo que haga a diario, pero si es muy frecuente.

Cómo Diego esta a su lado, el participa también repitiendo los nombres, o haciendo el mismo ejercicio pero con sus datos.

Y noto lo importante que es para ellos, su mirada atenta, su atención completa a lo que voy diciéndoles.
Sara se ríe cuando yo digo Montenegro (segundo apellido de mi esposo) y Diego dice que mejor es Monteazul, ya saben cual es su color favorito.

También noto su fascinación cuando les cuento cómo fueron los preparativos para su nacimiento, cómo preparamos sus cuartos, su canastilla, cómo fue el momento de su nacimiento, ¿Donde fué?, ¿Donde estaba su papá?, sus abuelas, sus tíos, etc. Cuáles fueron sus reacciones, y todo lo escuchan extasiados.

Cuando Diego tenía la edad de Sara, ya trabajábamos su nombre, pero fíjense en esto:

La indicación en ese momento era que le habláramos en frases cortas y sencillas, que no usáramos frases largas, sino información básica en cada oración, para que Diego no se perdiera:

De allí que primero le dijimos: Diego, Papá, Mamá.

Esa fue la primera información.

Luego pasamos a Diego José, Arnaldo y Betzabe.

Diego no aceptaba el José.

Y cuando pasamos a enseñarle los nombres completos, Diego no entendía porque su papá tenía su mismo apellido. Lo veía como algo absurdo, ¿Por qué tener el mismo nombre?

Aquí entraba esa parte de Diego que aprende las cosas de una forma y luego debe ir aceptando las variantes de a poco.

Luego pasamos a hacer  árboles genealógicos y Diego fue comprendiendo la trama de la familia.

Pero lo que quería explicar, es que cuando pasamos por todo esto con Diego, siempre pensé que se trataba de un aspecto cognitivo, que Diego debía aprender su nombre completo y el de su familia cercana, pero tonta yo, nunca lo asocie con lo que ahora Sara me enseña:

Es parte de su búsqueda de identidad.

Y es algo muy, muy importante. Simple, fácil de trabajar y repito muy importante.

Copio parte del material que se uso para enseñarle a Diego a identificar su nombre y el de su familia. También cree arboles genealógicos en paginas web y se los fui mostrando en la computadora. En el colegio el tema La Familia es parte del programa, pero ahora se que es algo que necesitan saber a edad muy temprana.






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